Con motivo da celebración da XXX Feira do Viño de Amandi, a nosa Asociación quere facer unha pequena homenaxe ós colleiteros e adegueiros con esta somera recopilación de textos do libro Historia de Monforte y su tierra de Lemos (páx. 539, 812), escrito polo famoso historiador monfortino Germán Vázquez. Nel pode lerse que xa no ano 1579 os tintos de Amandi e da terra de Lemos eran xunto cos de Ourense e Ribadavia os mellor pagados e valorados de Galicia; que estaba prohibido por lei vender viño novo antes do 11 de novembro, ou a prohibición de mesturar este co vello. Destacar tamén que nunha súplica de 1795 están descritas as sorprendentes e repulsivas mesturas que engadían os adegueiros para conservar o viño. Curioso é tamén que estaba prohibido vendimar antes do 4 de outubro (San Francisco), para así crear eses viños exquisitos, fortes, e maduros, facilitando unha mellor conservación e mellor prezo.
“TASA DE BASTIMENTOS
… los precios de los articulos de primera necesidad, indúcenos a recoger aquí los vigentes en Santiago en el año 1579…
Vino: … Y el vino tinto de Orense y Rivadavia a 16 maravedises el azumbre: el vino blanco de las Mariñas a 12 y el tinto a 14. El tinto de Salnés y Rivadulla a 8 maravedises y el de la tierra de Lemos y Amandi a 14.”
Nuestra comarca seguía la centenaria producción de sus famosos mostos de Amandi, Esperón, Vilachá y Espasantes, de Balboa y Montepando. Eran muy estimados, como al presente, de modo especial los de Amandi, así como sus aguardientes.
Al comenzar las labores de la vendimia, prohibiase la venta de vino nuevo antes del 11 de noviembre (San Martín) y su mezcla con el viejo. La desobediencia suponía la pérdida del producto, el pago de una fuerte multa y unos días de cárcel.
A 9 de septiembre de 1795 se dictaba un real acuerdo relacionado con las vendimias, pues venía observándose que “los dueños de viñas vendimian antes de que esté maduro el fruto, prefiriendo sus mal entendidos intereses a la salud pública…”. Se disponía el reconocimiento previo, por peritos nombrados por la Justicia, del estado de madurez de la uva, para evitar la obtención de vinos agrios y picantes, desapacibles al paladar “y que no pueden durar ni aun medio año sin sostenerlos con composiciones nocivas, como son sangre de buey o carnero, raices de helechos, gatos o perros, azufres y otras artes de que usan ocultamente”.
En la misma disposición se encomia la conducta de los que dejando madurar el fruto “hacen unos vinos esquisitos, espirituosos y de buena boca, los conservan mucho tiempo y los venden a mayor precio…”. Se prohibia, bajo multa, que por ningún motivo se permitiera en Galicia la iniciación de faenas de la vendimia “hasta después de San Francisco (4 octubre)”.
Un autor anónimo, que escribia después de 1718, dice en relación con nuestra producción agropecuaria: “Abunda de vino, que es el mayor del valle, y su regular cosecha excede de ducientos cañados, y en parajes como en Amandi y otros es de tan noble calidad que se extrahe considerable porción para Inglaterra; y de este valle se surte Sarria, Lugo, Mondoñedo y otras montañas…”
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