LOS RÍOS

* Este texto foi lido con motivo das "Xornadas Equinocciais" celebradas na Ribeira Sacra do 24 ao 26 de marzo de 2011, xornadas de encontro e debate, cuxo tema este ano foi "os ríos".

O Cabe.
Francisco Ruiz Aldereguía

Hasta ahora los poetas acudían a la fuente Castalia, la consagrada a Apolo y las 9 musas protectoras de las artes, donde bebían para inspirarse, pero desde la aparición de internet los vates modernos acudimos directamente a wikipedia.
Busqué “Ríos” y allí estaban en las primeras páginas inundando la pantalla todos los futbolistas llamados Ríos, Del Río, Ribero, Ribas, y cómo no, el Río de la Plata CF. La segunda línea de información la ocupaba un cantante, Miguel Ríos y su rock de la carretera, con todas las discográficas pretendiendo venderme el hit parade entero. Después pasaba por los Ríos Rosas, Giner de los Ríos, Montero Ríos y otros ilustres Ríos de nuestros preclaros prohombres. También pude comprobar la adverbialización de la palabra río, pues de ser un sustantivo común masculino puede transformarse en un adverbio de cantidad, así tenemos ríos de tinta, ríos de sangre, ríos de dolor, y decimos un río de riqueza o de felicidad  cuando algo nos desborda por su abundancia y generosidad. Después caí en las comparaciones taxonómicas de los distintos ríos del mundo: el más largo, el más caudaloso, el de mayor cuenca, el más alto, el que baña más países. Mi afición a viajar por las geografías del mundo montado en un mapa reconozco que me absorbió por completo, varias horas le dediqué a esta erudición fatua que dada mi pérdida diaria de varios millones de neuronas por día, podéis imaginar que cuando cliké “apagar equipo” se borraron conjuntamente los datos de una y otra memoria. Así que las únicas referencias que me quedan de toda esa prolija búsqueda son las cosas que ya me había enseñado la madre María de los Angeles allá por los años de 1960, es decir cuando este menda tenía 10 años, y neuronas frescas capaces de absorber casi todo, dependiendo del interés que mis profesores supieran incitarme. De esta manera ríos de España, del mundo, sus afluentes de la derecha e izquierda, mares donde desaguan, países por los que fluyen se fueron grabando uno tras otro en mi tierno cerebro gris. 

O regato de Portizó.
Afortunadamente los ríos son unos elementos que no cambian mucho en varios miles de años por tanto esos conocimientos me pueden servir sino en los próximos milenios al menos en estos 20 o 30 que me pueden quedar, pues el “cuan largo me lo fiais” es algo que no me pertenece ni decidir, ni saber. Reconozco que he tenido que hacer algunos reciclajes en esto de los ríos que parece cosa muy permanente y eterna, pero más achacable que al propio río es debido a que los hombres somos más proclives al cambio y a la contingencia. Así que si antes el Volga y el Neva pasaban por Stalingrado y Leningrado, ahora lo hacen por Volgogrado y San Petesburgo, lo mismo que el Irawady que con ese nombre tan hermoso, “i-ra-wa-dy”, ya no pasa por Birmania ahora pasa por Myanmar. A los ríos supongo que les es lo mismo ellos pasan por donde siempre, y se juntan con los mismos afluentes en el mismo sitio por los siglos de los siglos. 

Para esos cambios en el devenir hidronímico de un rio no hace falta irse muy lejos para toparse con ellos, por aquí con esto de los nacionalismos de parroquia, de tanta tradición y de tantos ríos de sangre, nos han traído algunas alteraciones de las que hoy es el día que debemos hacer un “up today” y  reciclar nuestros conocimientos. De tal manera que lo que nos hacía recitar doña Marujita en su escuela-galería de Tuy a Marito Conde, a Regina y a mí hoy ya tiene un valor reducido por el craso error que cometemos en nuestra mollera- disco-duro al recitar: “el río Miño nace en Fuentemiña, provincia de Lugo, pasa por Lugo, Orense y Tuy, haciendo frontera con Portugal desemboca en el Océano Atlántico entre Camiña y La Guardia, su principal afluente es el Sil”. Pues cuando recuperé mi galleguismo deseé ir hasta Fuentemiña para ver el lugar donde brotaba las aguas fluviales del Padre Miño, que es así como los cursis gallegos llamamos al Miño, los demás le llaman Miño y los paisanos normalmente “O río”. Cuan no sería mi sorpresa cuando llegué al cercano pueblo de Meira y pregunté para ir a las “Fontes do Miño”, en Fontemiña, estimé que por eso de la inmersión lingüística en el gallego debía llamarse así el lugar. Percibí una cierta tomadura de pelo, y que me mandaban de un paisano a otro con un pregúntele a aquel. El resultado es que aquel día no logré ver el venero de agua cristalina que surge de la tierra, cuya imagen se había mitificado durante casi 40 años en mi imaginario con la laguna de Fonmiña llena de musas, ninfas, náyades, ondinas, xacias, sirenas y alguna que otra nínfula real por las que siempre me he sentido bastante proclive; y aun hoy es el día que despiertos los restos dionisiacos que pueden seguir quedándome añoro con nostalgia aquellos tiempos. Tiempos, sino más felices al menos, con el estro más subido según define la tercera acepción del término que propone el DRAE.
estro.(Del lat. oestrus, y este del gr. οστρος, tábano, aguijón).1. m. Inspiración ardiente del poeta o del artista al componer sus obras. 2. m. Mosca parda vellosa, cuyas larvas son parásitos de mamíferos. 3. m. Zool. Período de celo o ardor sexual de los mamíferos.

Río Sil en Amandi.
Fallada la búsqueda de las aguas primigenias del Miño, tardé 15 años en volver al sitio con una excursión programada y, como es habitual por estos pagos, subvencionada, para enseñarnos el nacimiento del Miño. Nos acercaron al Pedregal de Irima, un embudo pedregoso de una morrena glacial que forma un río de piedras de 700 metros de longitud por donde se oye el agua discurrir, y al fondo del valle el guía, amable, como todos los guías, nos señalaba por donde empezaba el regato que más tarde se convertiría en el río gallego por excelencia. La causa de este traslado de lugar solariego  parece ser que Meira, hace algunos años, tuvo un alcalde de ese mismo lugar, un tipo de esos de los que tenían mano en la Diputación, en la Confederación Hidrográfica, y un abuelo que le había dicho que el río nacía allí mismo. Convenció a muchos, se cambiaron los libros de texto, y los carteles que señalan tan conspicuo lugar, con gran disgusto por parte de los del Concello de Pastoriza que vieron en muy poco tiempo como se quedaban sin el honor de tener al Padre Miño niño, para llevarse al recién nacido al vecino concello de Meira.

O Sil.
En el fondo esto no era más que repetir otra historia de por lo menos hace 1800 años. Realmente el Miño, lo que se dice el  Miño, nace en la cordillera Cantábrica. Como dice el historiador y geógrafo romano Ptolomeo: “el Miño nace al Este de Gallaecia…”, y la Gallaecia romana ocupaba León y más allá, así que no es plausible que el actual Miño lo sea. Es el Sil que es el que trae el agua y tiene mayor longitud el que se llamó desde la antigüedad “Minio”, por el color rojo anaranjado que traían sus aguas después de atravesar los páramos arcillosos del Bierzo sometido a una intensa minería consistente en lavar las tierras rojas con sedimentos de oro, cuyos vestigios están patentes en todo este paisaje del Sil. Que también su hidrónimo, sil, sar, sena, xenil, bien por alguna tribu de vándalos silingos asentada en el norte de León a orillas de un rio que allí nace y va a morir al Atlántico-como cuenta alguna crónica del sabio Alfonso el X-,  o por traer sus aguas el “color sil”, una tierra natural (que le llamaríamos ahora color ocre) de la que habla Vitrubio en su tratado de la arquitectura.  

Creo que con tanta historia se me ha ido un poco la “olla” y me he desviado del tema. Así que con permiso de los presentes retomaré el camino perdido tras cualquier nínfula, o de la misma Clío que me trae evocadoras morriñas, para lanzarme tras Calíope o Terpsícore que en mi provecta edad son ya los pocos ánimos que el estro me permite, en su primera acepción  del antes mencionado DRAE. Al que no he de limpiar, ni dar brillo y esplendor simplemente me atendré a la máxima academicista: todo lo que no es tradición es copia. Labor hoy en día facilitada y ampliada gracias a las llamadas aplicaciones o herramientas informáticas por las cuales pulso las teclas: copiar-clik-pegar-clik y entro en el Parnaso. 
Así me he encontrado con estos versos de tres poetas que he copiado y pegado y que vamos a recitar: 


Río Duero (Gerardo Diego)


Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja,
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.

Indiferente o cobarde
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.

Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas.

Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.

Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.

Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,

sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.



Río Genil (Federico García Lorca)


Las alamedas se van,
pero dejan su reflejo.

(¡Oh qué bello
momento!)

Las alamedas se van,
pero nos dejan el viento.

El viento está amortajado
a lo largo, bajo el cielo.

(¡Oh qué triste
momento!)

Pero ha dejado flotando,
sobre los ríos, sus ecos.

El mundo de las luciérnagas
ha invadido mis recuerdos.

(¡Oh qué bello
momento!)

Y un corazón diminuto
me va brotando en los dedos.

Canto al Miño-Sil (Francisco de Guiande) 



Confluencia de Cabe e Sil.
Este rumor de arpegios y líquidos

que se cierne sobre aguas en pena,

sobre las aguas sacras primordiales

es la voz que el caos frena

y eleva su plegaria de rumores

hablando lenguajes de los pájaros.


Aquí tenéis un hombre que bendice

y proclama entre el agua y el pan nuestro

de esta orilla, que contempla la bondad

del creador de todo esto

del generoso discurrir y llenar

que une sus murmullos en el fluir de aguas.

  

El sabio Quotelet dijo: los ríos

traen su agua al mar y este nunca se llena.

Ni se colmará el corazón de un hombre

que edifica en la arena

que no escucha, hace presas y acumula

mientras en su afán las aguas derrama.



Al Miño-Sil, hoy las disputaciones

de Lugo a Orense hacen puentes con prisa,

barcos con música para turistas,

porque no se precisa

vadearlos como antes: crucificados

con un saco de patatas al hombro.

  

Hace tiempo que nadie ha visto xacias

tentar mozos al amor imposible,

ni monjes que entonan laudes con el río.

Recurso sostenible

le llaman ahora a este flujo de asombros

según el correcto uso del idioma.



No obstante, si deseas buscar ondinas

y escuchar lenguas de pájaros al río

si quieres saber de arcadias perdidas,

entonces amigo mío

bajemos a estas ribas, amiguiña

ven al Miño-Sil a cantar cantares.



 A orillas del Cabe, cerca del equinoccio de la primavera de 2011. 


3 comentários:

Anónimo disse...

Do libro Os Eidos.Uxío Novoneyra o poeta do Courel.


Tronou ventou e choveu
Bicouse a terra co ceo.

A noite que onte caíu
sólo foi pre quen´a oiu.
Ameteu o río. Ameteron as fontes
i os fontegallos dos montes.

Nazá auga a golforón.
Regan os prados a cachón.

----------------------------------



Allea a soutos e chousas
i a canto de eilí se vía

allea a areas e lousas
a auga crara corría...

Namorado tiña cousas
cousas que a auga sabía.

---------------------------------- Vendo i ouvindo o río
vaise o tempo sin sentilo.

......

Esta auga da presa
son eu ou é ela?

Anónimo disse...

POEMIÑA DO SEÑOR REGATO DO CEPELO

Nunca tiveche unha arela
de tan humilde e sinxelo:
¡Meu regato do Cepelo,
das Regas uo da Barciela!.

Maila ó teu nome sonoro,
eres regato e non río:
¡ o teu caudal tan esguío
nunca encherá un encoro!

Mais dices con xentileza,
leve vea rumorosa,
unha canción misteriosa
dunha asombrosa beleza.

Se eu te chamo : ¡ señoría!,
Breve cantor xogoral:
¡ ti non mo tomes a mal
que é proba de cortesía!

...
Manuel María

Anónimo disse...

SE TÉS FRIU, VAITE AO RIU
E TÁPATE COA CAPA DO TEU TIU.


Dicía o Juventino da Pereira de Riba, para que nos afixeramos ao arrepío da friaxe marceira (a de antes).
Eis unha forma ben popular e evidente de fonosimbolismo: o plano fónico que nos traslada á sensación de frío; neste caso para vercérmola.
Mestre neste recurso foino Nononeyra.